jueves, 4 de febrero de 2010

"¿Puede el hombre vivir sin Dios?"





Respuesta: Contrario a lo que han afirmado los ateos, estetas, y epicúreos a través de los siglos, el hombre no puede vivir sin Dios. El hombre puede tener una existencia mortal sin reconocer a Dios, pero no sin Dios. Como el Creador, Dios originó la vida humana. Decir que el hombre existe independientemente de Dios, es como decir que un reloj puede existir sin un relojero que lo fabricara, o que un escrito pueda existir sin un escritor. (Génesis 1:27).

Nuestra existencia depende de Dios, ya sea que reconozcamos Su existencia o no. Como el Sustentador, Dios continuamente confiere vida (Salmo 104:10-32). Él es la Vida (Juan 14:6), y toda la creación subsiste por el poder de Cristo (Colosenses 1:17) Aún aquellos que rechazan a Dios, reciben su sustento de Él: “… que hace salir Su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” (Mateo 5:45) Pensar que el hombre pueda vivir sin Dios es suponer que un girasol pueda vivir sin luz o una rosa sin agua.Como el Salvador, Dios da vida eterna a aquellos que creen. En Cristo hay vida, quien es la luz de los hombres (Juan 1:4). Jesús vino para que pudiéramos tener vida “en abundancia” (Juan 10:10). A todos los que ponen su confianza en Él, se les ha prometido vivir una eternidad con Él (Juan 3:15-16). Para que el hombre viva – realmente viva – debe conocer a Cristo (Juan 17:3)Dios les advirtió a Adán y Eva, que el día que ellos lo rechazaran, “ciertamente” morirían (Génesis 2:17). Como sabemos, ellos sí desobedecieron, pero no murieron físicamente ese día; sino que murieron espiritualmente. Algo dentro de ellos murió, - la vida espiritual que habían conocido, la comunión con Dios, la libertad de gozar de Su presencia, la inocencia y pureza de sus almas—todo se acabó. Adán, quien había sido creado para vivir en compañerismo con Dios, fue maldito con una existencia completamente carnal. Lo que Dios había planeado que fuera del polvo a la gloria, ahora debía ir del polvo al polvo.

Al igual que Adán, Hay algunos que rechazan a Dios cuyas vidas están llenas de alegría y diversión. Su búsqueda carnal parece haber producido una existencia gratificante. La Biblia dice que hay cierta medida de deleite que se obtiene del pecado (Hebreos 11:26). El problema es, que éste es temporal; la vida en este mundo es corta (Salmo 90:3-12). Tarde o temprano, el hedonista, como en la parábola del hijo pródigo, encuentra que el placer mundano es insostenible (Lucas 15:13-15).Sin embargo, no todo el que rechaza a Dios es un libertino. Hay mucha gente no salva, que aún así viven vidas sobrias y disciplinadas—vidas plenas y felices. La Biblia presenta ciertos principios morales, que benefician a todos en este mundo –fidelidad, honestidad, autocontrol, etc. Proverbios 22:3 es un ejemplo de tal verdad general. Pero, de nuevo, el problema es que, sin Dios, el hombre solo tiene este mundo.

En la narración de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), el hombre rico vive una vida suntuosa de comodidades sin pensar en Dios, mientras que Lázaro sufre a través de toda su vida, pero conoce a Dios. Es después de la muerte, que ambos hombres comprenden la gravedad de las decisiones que tomaron en vida. El hombre rico “alzó sus ojos, estando en tormentos” (16:23) en el infierno. Él se dio cuenta, demasiado tarde, de que hay más en la vida que la satisfacción de los ojos. Mientras tanto, Lázaro era confortado en el paraíso. Para ambos hombres, la corta duración de su existencia terrenal palideció en comparación con el estado eterno de sus almas. El hombre es una creación única. Dios ha puesto el sentido de la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11), y ese sentido del destino eterno solo puede encontrar su realización en Dios Mismo.

El hombre no puede vivir exclusivamente de forma racional, por lo que siempre ha recurrido a lo simbólico, de tal forma que ha podido darle sentido a su existencia en este mundo. Una definición amplia nos dice que la religión cumple el rol de dar a las personas una base moral que guíe su actuar y encontrar una explicación a los hechos que no pueden entender. As í tenemos que el catolicismo es una religión, el Islam no, ya que si fin es permitir que el individuo entre en contacto directo con el principio generador de la existencia sin religiosidad (sacerdotes y ritos).Las religiones transmiten reglas éticas, que se imponen sólo a sus fieles. La religión católica tiene una ética o moral religiosa, que nace contra el pecado original. En el siglo XVIII, la ética laica busca la liberta de conciencia exenta de los valores morales de una religión. Así, a diferencia de la ética religiosa puede imponerse a todos. A partir de estos planteamientos se desarrolla la ética postmodernista que, en la segunda mitad del siglo XX, plantea como objetivo de vida la felicidad propia sin referencia a otro, incorporando al otro solo para generar soluciones pragmáticas

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